Pocos gobiernos han demostrado el respeto por el disenso y la libertad de expresión como el actual gobierno, tanto nacional como municipal. Pocos presidentes has sufrido todo tipo de agravios personales, calumnias e injurias como Cristina Fernández de Kirchnner, sin que mediara una sola acción tendiente a impedir tales manifestaciones. Se ha llegado a la paradoja de convocar y realizar a marchas por "derecho a manifestarse libremente" encolumnados bajo pancartas plenas de insultos, esvásticas nazis, reivindicaciones a represores y ataques xenofóbicos contra la base social preponderante del gobierno –los trabajadores y sectores populares- sin que este reaccionara más allá del análisis político de tales marchas.
En nuestra ciudad el intendente municipal soportó una multitudinaria y violenta movilización frente a su casa por pertenecer a un proyecto político en el que tanto él como nosotros creemos firmemente, sin que se nos ocurriera siquiera alguna represalia. De igual manera, periódicamente los tribunos de la oposición intentan sembrar dudas sobre los actos administrativos del gobierno municipal, lanzando mediáticamente infundadas denuncias de corrupción, sin acudir a la justicia ni presentar prueba alguna. La única denuncia que realizaron en tribunales fue rechazada por falaz. Y no existe luego de 12 años de gobierno una sola denuncia contra el mismo, o contra un funcionario municipal en particular, hecho este que no todos pueden enarbolar.
Es por ello que no nos oponemos a las marchas en contra de nuestro gobierno. Lo que nos preocupa es la incapacidad que tiene la oposición, tan heterogénea y contradictoria -como las consignas que se corean en tales marchas-, para asumir la representación política de ese sector ciudadano que esta en contra del rumbo del gobierno o de alguna de sus políticas puntuales. Lo que nos preocupa es esa dirigencia política que debe concurrir a las marchas "como un ciudadano más" porque se han mostrado incapaces o temerosos de asumir sus propias posturas políticas, su propia agenda política, en definitiva su propio proyecto político. No son las grandes corporaciones económicas-mediáticas las que le marcan la agenda a este gobierno, sino el pueblo argentino que lo ratificó mayoritariamente en las urnas. Ese rumbo es el que mantendremos, ese mandato es el que respetaremos.
Por último, siempre hemos escuchado la voz o la bronca del pueblo, aún resuena en nuestros oídos los reclamos del 2001 por comida, por trabajo, por salud, por educación. Aún nuestras retinas almacenan las imágenes de los saqueos a supermercados, los piquetes del hambre y la desesperanza, y una Plaza de Mayo humeante de represión y muerte mientras el helicóptero se alejaba de la casa de gobierno. Mientras tanto en nuestra ciudad la cola frente a la municipalidad para pedir soluciones alcanzaba las dos cuadras, en la Plaza Pedro Viñas los vecinos empobrecidos organizaban ollas populares, y por las calles resonaba el "que se vayan todos". No nos fuimos, estuvimos, estamos, estaremos, con convicción ideológica, con propuestas políticas y medidas de gobierno para el mayor conjunto social posible, que impidan el retorno a esa Argentina neoliberal en la que se protestaba por el derecho a una vida digna.
Sebastián Capurro Verónica Vivó Gerardo Russo
Sec. Gral PJ Presidenta Alterna PJ Presidente PJ
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