foto archivo PJ Digital Cba., Quinta de Olivos
No conocí a Perón, sólo lloré con 12 años y sin saber frente a un televisor en blanco y negro -en un día lluvioso- porque el pueblo le arrojaba flores a su cortejo.
Podría decir como intendente que nunca en toda la historia de esta ciudad se hizo más por ella que cuando estuvo Néstor, nos consta además que lo hizo en cientos de pueblos de la Argentina.
Pero hoy, quiero recordarlo de militante a militante.
No de intendente a presidente, que siempre le estaré agradecido por cumplir con su palabra.
No tuve la oportunidad de conocer a Perón y Evita, pero Dios me dio la oportunidad de compartir con vos, Néstor, la construcción de una nueva sociedad con derechos e inclusión.
Tu esfuerzo gigantesco, había sembrado las mil flores en el espíritu de mucha gente que levanta hoy tus banderas y tu ejemplo.
Querido Néstor, hoy milito en mi ciudad donde la gente me eligió una vez más, para que trabaje junto a ellos. Desde acá, orgullosamente, aporto por tu consigna y guiaré humildemente a regar para que las mil flores crezcan.
Desde aquí trabajaré para que la presidenta, que tiene fuerza y convicción, se sienta acompañada y porque, cuando mis hijos o los hijos de miles de personas hablan de vos, recuerdo el televisor blanco y negro de Perón.
Muchos de ellos vieron en TV a color como un día lluvioso el pueblo arrojaba flores a tu paso, otros estuvieron en la plaza. Ellos como yo lloraron como la inmensa mayoría de argentinos, se hicieron peronistas y militantes de la vida como yo.
Eduardo Accastello
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